tres poemas
la
influencia
viniendo de la calma
la tranquilidad
asediaba el ya vengo ya
asediada por un acto escolar
y las historias clínicas voy
sabía que no temía memoria
para recordar que estuve equivocada
o perdiendo traiciones
recordar
es cabalgar con caballo
sin estar entrenado en las desgracias
el barro
yo
me movía para hundirme
en vidas más frescas
el terreno despabilado
atragantada de reproches
ruido permiso escucho
sentada con una calma prestada
debajo de una manta
un cantito de piedades
me consuela el porvenir
la sonada maravilla
de un insulto o un encargo
la salud me hace huelga
pero las manos menos que frías
envuelven unas ideas
para llevárselas a las palabras
indistinguibles no
distinguidas
por los trazos de una muerte
que no viene
porque no está invitada
cuando un gato tose
el otro mira escucha
la verdad es que sucede
ruidosa
mi meca es
una mente quieta
pero apresurada
en pocos fragmentos
en mi vida que no sale de la cama
estos días los gatos
me ayudan a leer a escribir
estoy fascinada`
el amor me cuida
y si digo amor es él
nunca hay más de una persona
con amor
el resto es compañía
operando con los zócalos
estar en la cama
me hace estar cerca del piso
pensar el mundo más abajo
más pequeño
todo entra en un cuarto
hasta lo que sobra
acobijada por la obra social
esta soledad empieza por poemas
sacando la música de los adornitos
unos van desde la épica
otros desde la mística
escribir no se escapa
de una antología
de la belleza del efecto
del abrigo inesperado
dulzuras que nadie puede repetir
aunque escriba
lo turbio
lo empalagoso
la noche en la medida justa
tiene una oscuridad reveladora
el cuerpo se duerme
y no para de citar
a veces cae en el circo
de la calesita de citas
y eso no es escribir
es llevar a cabo una derrota
ahora respiro lento
en un lento venir de lejos
con alguna gracia perdida
historias de pasillos
gato encerrado
cordero suelto
el placard se trababa
se hacía clóset
uno con los secretos
une y separa
atrapa
una verdad para no ser dicha
retar a la alegría
a no ser una aparecida más
en el efecto de una lectura
las miradas se posan
para otras miradas
nuestras otras
muestras de un punto de vista
toca para los costados
un afloje
tengo las alforjas llenas
de secretos mal guardados
el cuerpo flojo por el peso de las palabras
escribir
no aliviana ni alivia
deshilacha
del
hospital
bisnietas gemelas
de una sola hija
las hijas de las nietas
había pasado toda la vida
con el abuelo sentado
la noche llovía
y los recuerdos se enfrentaban
amontonados
puedo pensar con algunos sabores
los sabores las compañías
vienen con el ruido del desayuno
sin parar para escribir
las letras amanecían en la página
con las medias puestas
pero no bien dispuestas a tocar
tierra firme
para perfeccionar una tragedia
hace falta acobardarse
promesas de hornos más grandes
la solidez no tiene patria
unos libros de saldo
un accidente violento
las dosis se mueven
en la sangre
no es lo que quería
abrir
un acontecimiento
era pasar el cuerpo como sustancia
una filosofía tangible
el único deseo
un trencito de sonidos
cerrar
fuera de la vías
de todo tipo de vías
con el cuerpo flojo
la batería baja en un par de disgresiones
el cuerpo se ablanda con memorias
para hablar
la soledad se hace anfitriona
de palabras que nunca
hubiera pensado decir pero querido
entrenarlas pulirlas
para sacarlas de la acción podrida
de no estar metida con nada
escribir abusar a las palabras para decir
para retener
la soledad en un solo sitio
sin avisar
las habilidades quedaron aplaudiendo
a la espera como focas
el reto de uno mismo
tiene que ver con el otro
la siesta lindera
que no se para ni despierta
dormir no es descansar
si el inconsciente viene repleto
de mañas
de obsesiones invencibles
lo esencial es invisible en la repetición
en el sonido desajustado
cada día se roba un alma
amoldarse es perder
dejarse de postrecito
sigo
pero no continúo
paro en la cama
me tapo los pies con más frío
la sensibilidad me llena de dudas
¿a quién le correspondo?
¿quién me corresponde?
las respuestas siempre están
lejos del que pregunta
hasta los telegramas esconden
un negocio un enojo
el alma está siempre
desprotegida
a las lluviecitas de los idiotas
viven en un mundo donde
se compraron la interpretación
que no sirve ni para excusa
al menos en la excusa
está trabajada con la mentira
seguimos rezando
pidiéndole a dios vivir
pero si dios existe, es el señor de la muerte
y tiene lugares para unos cuantos
un
lugar vacío
el vaho de las luces apagadas
las sombras acechaban los pisos
el tanque de agua se llena con ruido
el agua no termina de venir
ni el médico
que va a certificar
las horas que pasé escribiendo
por estar enferma
estoy blanda
porque estoy desconfiada
y hasta el teclado se me endurece
con el este invierno venido a menos
con el juramento roto
supimos que mejor era desobedecer
hay un tipo de justicia que no incluye el perdón.
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