Círculos de sal. Para proteger o maldecir había que derramar. Cocinar un hechizo desde la tradición. No se sabía ni se esperaba, en cada casa, una maldición. Todo empezó con nacer. Y necesitar más espacio.
atrocidades invariables dedicación, arlequines crítica de los movimientos de los otros movidas turbias frente a luces hondas varias sonidos estaba pensando en el tamaño de la mesa en agregarle patas a las eme o a las mesas te atrofiaría esa payasa virtud fraccionada: hablar de otros la venus destapada aliarse es hacerse otro o el opa códigos, morsas silencios en agujeritos o golpes de cualquier cosa hacemos un lenguaje estufado carnicerías y en medio alfacostean es ser inútil de toda boca rocas la misma vida te golpea y yo que dije arropada en la misma queja el otro es imposible pero yo también me evado evado el camino atrapa y no enfría -INVADO EN SHOCK – un interés – DESPEINO – UNA TRAZA – DE AGUA EN LA BOCA- la gran manada conjunto vacío me notifico estoy gorda y borracha como siempre para mí vos te la cosés sola las ganas con hilo si sal despedida – si puedes- abotonada hago cartelitos breves en estas hileras – al pecho y santo
escucho a través de la ventana parece una autopista o alguno en pleno trance místico es una voz ronca o un ruido parece que una multitud se acercara en forma misterio suena desde lejos a través del vidrio como soledades dispuestas para ser vistas los recuerdos se vengan vienen cuando los dejo pasar y cualquier vuelta es una venganza incluso si es amable las vueltas nos dejan llenos de confusiones como los ruidos perdidos confesiones que golpean la ventana parece un carro con caballos no, con un solo caballo golpeado suave por la tristeza y viene arranco a correrla echarla con pocas palabras sacarla desde adentro pero se me van montones me apoyo en la humedad de la pared insulto algunas convenciones: ser fuerte en medio de la nada entonces miro el plato puede ser polenta o arroz el alimento no ayuda a perder el gusto a nada ruidos vitales: pocos
poca gente ama el tren como yo y más que el tren los fierros del furgón sentarme en los pisos chatos compartir asiento con las bicicletas descajetadas poca gente ama en el fondo, se acumulan las bicicletas y el humo, ahí, no deja ver claro como el pasado, retengo lo que nunca quise pretendo, quise, quiero unos pensamientos famélicos tengo, dignos de desvariados el humo del furgón, un escándalo de fuego -y si me sigo acomodando, me duermo- necesito, cosas, que otros sepan, : las estaciones cómo llegar cuáles son los ramales sin ningún buen puerto atada de pies y manos al sueño me duermo y cuando duermo, chau el sueño es mi lugar preferido soy chucky pero sonámbulo una mula que apenas se duerme patea baba y vos no sabés lo que soy un poco, yo, un poco, lo que no sale otro poco, lo que sí sale, sueño con una evita tatuada en la pierna no con los billetes y me despierto y sigo enrejada por las bicicletas del furgón y sigo en el ramal correcto mientr
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