Parte de pai
abajo
- al lado
vive
un pai umbanda venido de áfrica
lleva
las creencias en ojotas
tiene
unos seguidores de celestes pantalones
tiene
en las manos siempre
cartones
y me parecen frágiles
el
país lo dejo venir con sus trapos
y
sus dioses
el
barco lo llevó de vuelo
y
lo dejo al pie de la ceremonia
gallinitas
el
rito le cacarea en la noche llena
deja
deseos
en
los zapatos de la esquina
y
un virgen yeso en una vidriera
para
cumplir deseos
para
cumplir las maldiciones
de
los nombres puestos en los cubitos de la heladera
el
pai transforma bebidas en hielo negro
negro
relleno de animal
por
la mañana, compra pan hace
tostadas
y café con leche
tostadas
y espera la noche y sus orillas
y
las horas pasan y las orillas
se
borran
y
se invocan
a
los
Orixás
y
el pai tiene
su
miércoles de tragos
por
la noche
por
la noche
los
líquidos se encienden
de
invocaciones
sí
mi´jito mojito
si
se toma esto
este
dios
se acerca
el
pai reparte su fe en souvenires líquidos
va
de túnica blanca
a
la entrada del rito
el
colchón queda como granadero en la vereda
la
bendición se apropia
de
los pescuesos en pos
de
la vida humana
-si
hubiera humanos más grandes no sabemos
si
pasarían a ser víctimas sacrificiales
de
otros humanos más enormes-
pero
los animales estrellas
hoy
noche
y
siempre noche
del
pai
permanecen
firmes
al
lado del colchón granadero
todavía
vivos
puestos
en destino de oráculo
o
de promesa
mientras
otros
fieles en la vereda parlotean en ronda
y
balconeando en la ventana, otros
usando
la mismísima ventana de mesa
la
charla tiene
dos
metros de altura
abajo,
el
juicio suspendido
vuelan
las moscas
que
se hamacan de gorro a gorro
colorido
en
pleno fin de año blanco
y
otro vecino
fuma colgado desde la ventana
Mas
atrás el
nuevo rito
sigue
unido
a
la túnica blanca del pai umbanda
que
se ríe un rato antes de la lluvia y
y
afila los cantos
las
nubes se van poniendo la gorra
blanca
sobre blanca
el
dolor podría parar sobre los animales
en
reforma de lluvia
las
plumas podrían salpicar el colchón
pero
el diluvio todavía es amenaza
y
el pai sigue charloteando
y
enrosca con la cándida esperanza
de
transformar la sangre de los animales
en
deseos cumplidos.
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