josé león suárez
poca gente ama
el tren como yo
y más que el tren
los fierros del furgón
sentarme en los pisos chatos
compartir asiento
con las bicicletas descajetadas
poca gente
ama
en el fondo,
se acumulan las bicicletas
y el humo, ahí,
no deja ver claro
como el pasado,
retengo lo que nunca quise
pretendo, quise, quiero
unos pensamientos famélicos
tengo, dignos de
desvariados
el humo del furgón,
un escándalo de fuego
-y si me sigo acomodando,
me duermo-
necesito,
cosas,
que otros sepan,
: las estaciones
cómo llegar
cuáles son los ramales
sin ningún buen puerto
atada de pies y manos
al sueño
me duermo
y cuando duermo,
chau
el sueño
es mi lugar preferido
soy chucky
pero sonámbulo
una mula que apenas se duerme
patea baba
y vos
no sabés lo que soy
un poco, yo,
un poco, lo que no sale
otro poco, lo que sí sale,
sueño
con una evita tatuada en la pierna
no con los billetes
y me despierto y sigo enrejada
por las bicicletas del furgón
y sigo
en el ramal correcto
mientras venden gomitas
mientras lanzan ofertas
desde cajas de cartón
perderme resulta
bien
cuando no me sale
en el camino con
la golosina favorita
sin calidad ni marca
no lo dicen
pero se sabe
en el regazo me pongo el peso
de toda la mochila
hasta que me toca bajar.
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