tres poemas
la influencia viniendo de la calma la tranquilidad asediaba el ya vengo ya asediada por un acto escolar y las historias clínicas voy sabía que no temía memoria para recordar que estuve equivocada o perdiendo traiciones recordar es cabalgar con caballo sin estar entrenado en las desgracias el barro yo me movía para hundirme en vidas más frescas el terreno despabilado atragantada de reproches ruido permiso escucho sentada con una calma prestada debajo de una manta un cantito de piedades me consuela el porvenir la sonada maravilla de un insulto o un encargo la salud me hace huelga pero las manos menos que frías envuelven unas ideas para llevárselas a las palabras indistinguibles no distinguidas por los trazos de una muerte que no viene porque no está invitada cuando un gato tose el otro mira escucha la verdad es que sucede ruidosa mi meca es una mente quieta pero apresurada en pocos fragmen...